Hace algunas entradas hablamos del ritmo como nuestra fibra musical ancestral. El ritmo tiene que ver con pulsos que suceden a determinados intervalos de tiempo que tu elijas. Cuando hacemos ritmo no necesariamente emitimos notas definidas: si golpeas continuamente con una cuchara sobre la mesa del comedor, no puedes decir a ciencia cierta que estas haciendo la nota fa. Es un sonido percusivo, escuchamos un golpe y este golpe generalmente no produce notas definidas.
Pues entonces, una melodía es un ritmo evolucionado. ¿Cómo así?
Cuando cantas o silbas tu canción preferida, produces notas definidas a un ritmo determinado. Emites diferentes notas a la vez, una después de la otra, ya que a menos que seas El baron Ashler o Emilie Rose es humanamente imposible emitir más de una voz al mismo tiempo.
Una melodía es entonces, una serie de notas de diferentes duraciones y alturas que suenan bien tocándose una tras otra. Es lo más fácil de identificar: basta con seguir la voz del cantante o el solo instrumental de una canción. Esas partes protagónicas de las canciones, las que luego repites una y otra vez mientras te duchas, son melodías.
La melodía ¿Reina y señora de la música? Para mí es indiscutiblemente así. La melodía es como el héroe de una película o como el goleador de tu equipo de fútbol favorito: es en lo que la gran mayoría de la gente pone su atención. A veces siendo músicos y más aún, si somos teóricos de la música, subestimamos el enorme poder de una melodía simple y pegadiza, y nos hacemos bolas tratando de que el arreglo musical sea lo más complejo posible. Pero si haces memoria, muchas canciones mundialmente famosas y queridas por el público no son más que una melodía pegadiza y un buen ritmo.
Ajá, muy bonito pero... ¿Cómo desarrollar nuestro sentido melódico? De nuevo, tus nutrientes los encontrarás en la música existente. En esta práctica, puedo recomendarte:
1. Identifica melodías. Si escuchas una canción donde el saxofonista hizo un solo espectacular y tú piensas que la que hace la melodía es la batería solo porque "la escuchaste bien fuerte" necesitas ejercitar tu oído urgentemente. Obligate a identificar cual es la melodía principal en cada pieza musical que escuches. Recuerda que además de la voz del cantante, cualquier instrumento puede interpretar la melodía principal en cualquier momento de la canción, incluyendo algunas veces, la percusión (ya ves, el ejemplo parece cruel pero no es del todo irreal)
2. Reproduce melodías con tu voz o silbando. ¡es básico! Si tienes dificultad en hacerlo tu oído musical está débil y necesita ejercitarse. Comienza con melodías simples y luego inténtalo con otras más complejas. Te servirá apoyarte en alguien que tenga un oído musical más desarrollado que el tuyo.
3. Escucha música "culta" o lo que la mayoría de gente llama música clásica. Buena parte de la música clásica utiliza una técnica llamada tema y variaciones es decir, comienza con una melodía (tema) que sufre ciertas modificaciones a lo largo de la pieza musical. El tema puede por ejemplo, ser interpretado por varios instrumentos, unos mas graves o agudos que otros, ser interpretado en progresiones de acordes diferentes, en tonalidades diferentes, bajar, subir, juguetear... identificar el tema y sus modificaciones es un gran ejercicio para comprender la melodía y ejercitar tu oído. (mas adelante subiré material multimedia para ayudarte a comprender el desarrollo de temas)
4. Cuando escuches una melodía preguntate: ¿Qué es lo que me gusta o disgusta de ella? ¿Cuantas notas la conforman? ¿que distancia (intervalo) hay entre ellas? (ayudate con un teclado o guitarra) ¿utiliza la tónica de la progresión de acordes? ¿Utiliza las notas de los acordes? ¿Utiliza notas diferentes a las de los acordes que la acompañan? ¿Las notas cambian junto a los acordes? ¿Se mantienen mientras los acordes cambian? Esto te ayudará a comprender la relación orgánica de una melodía con los elementos que la acompañan.
5. Etiqueta canciones. Haz una colección de canciones con tus melodías favoritas y clasifícalas según etiquetas que tu inventes. Por ejemplo, yo clasifico las baladas de Calamaro como "música buena vibra" pero podría etiquetarlas también como "música para manejar en carretera al atardecer." Clasificar melodías según estados de ánimo te ayudará a relacionar ciertos "colores" melódicos con necesidades emotivas. Cuando empieces a crear melodías, manejarás instintivamente estos "colores" y podrás por ejemplo hacer melodías nostálgicas sin necesidad de conocer teóricamente que compás, notas, intervalos o acordes deberías utilizar.
Te invito a que practiques estas recomendaciones y sigas pendiente de nuevas entradas y de futuras actualizaciones de las entradas existentes. Dentro de poco trataré de reforzar estos contenidos con audios o videos que te ayudarán a comprenderlos mejor. Y recuerda: vive la música como la expresión emotiva que en realidad es, más allá de la teoría.
Pues entonces, una melodía es un ritmo evolucionado. ¿Cómo así?
Cuando cantas o silbas tu canción preferida, produces notas definidas a un ritmo determinado. Emites diferentes notas a la vez, una después de la otra, ya que a menos que seas El baron Ashler o Emilie Rose es humanamente imposible emitir más de una voz al mismo tiempo.
Una melodía es entonces, una serie de notas de diferentes duraciones y alturas que suenan bien tocándose una tras otra. Es lo más fácil de identificar: basta con seguir la voz del cantante o el solo instrumental de una canción. Esas partes protagónicas de las canciones, las que luego repites una y otra vez mientras te duchas, son melodías.
La melodía ¿Reina y señora de la música? Para mí es indiscutiblemente así. La melodía es como el héroe de una película o como el goleador de tu equipo de fútbol favorito: es en lo que la gran mayoría de la gente pone su atención. A veces siendo músicos y más aún, si somos teóricos de la música, subestimamos el enorme poder de una melodía simple y pegadiza, y nos hacemos bolas tratando de que el arreglo musical sea lo más complejo posible. Pero si haces memoria, muchas canciones mundialmente famosas y queridas por el público no son más que una melodía pegadiza y un buen ritmo.
Ajá, muy bonito pero... ¿Cómo desarrollar nuestro sentido melódico? De nuevo, tus nutrientes los encontrarás en la música existente. En esta práctica, puedo recomendarte:
1. Identifica melodías. Si escuchas una canción donde el saxofonista hizo un solo espectacular y tú piensas que la que hace la melodía es la batería solo porque "la escuchaste bien fuerte" necesitas ejercitar tu oído urgentemente. Obligate a identificar cual es la melodía principal en cada pieza musical que escuches. Recuerda que además de la voz del cantante, cualquier instrumento puede interpretar la melodía principal en cualquier momento de la canción, incluyendo algunas veces, la percusión (ya ves, el ejemplo parece cruel pero no es del todo irreal)
2. Reproduce melodías con tu voz o silbando. ¡es básico! Si tienes dificultad en hacerlo tu oído musical está débil y necesita ejercitarse. Comienza con melodías simples y luego inténtalo con otras más complejas. Te servirá apoyarte en alguien que tenga un oído musical más desarrollado que el tuyo.
3. Escucha música "culta" o lo que la mayoría de gente llama música clásica. Buena parte de la música clásica utiliza una técnica llamada tema y variaciones es decir, comienza con una melodía (tema) que sufre ciertas modificaciones a lo largo de la pieza musical. El tema puede por ejemplo, ser interpretado por varios instrumentos, unos mas graves o agudos que otros, ser interpretado en progresiones de acordes diferentes, en tonalidades diferentes, bajar, subir, juguetear... identificar el tema y sus modificaciones es un gran ejercicio para comprender la melodía y ejercitar tu oído. (mas adelante subiré material multimedia para ayudarte a comprender el desarrollo de temas)
4. Cuando escuches una melodía preguntate: ¿Qué es lo que me gusta o disgusta de ella? ¿Cuantas notas la conforman? ¿que distancia (intervalo) hay entre ellas? (ayudate con un teclado o guitarra) ¿utiliza la tónica de la progresión de acordes? ¿Utiliza las notas de los acordes? ¿Utiliza notas diferentes a las de los acordes que la acompañan? ¿Las notas cambian junto a los acordes? ¿Se mantienen mientras los acordes cambian? Esto te ayudará a comprender la relación orgánica de una melodía con los elementos que la acompañan.
5. Etiqueta canciones. Haz una colección de canciones con tus melodías favoritas y clasifícalas según etiquetas que tu inventes. Por ejemplo, yo clasifico las baladas de Calamaro como "música buena vibra" pero podría etiquetarlas también como "música para manejar en carretera al atardecer." Clasificar melodías según estados de ánimo te ayudará a relacionar ciertos "colores" melódicos con necesidades emotivas. Cuando empieces a crear melodías, manejarás instintivamente estos "colores" y podrás por ejemplo hacer melodías nostálgicas sin necesidad de conocer teóricamente que compás, notas, intervalos o acordes deberías utilizar.
Te invito a que practiques estas recomendaciones y sigas pendiente de nuevas entradas y de futuras actualizaciones de las entradas existentes. Dentro de poco trataré de reforzar estos contenidos con audios o videos que te ayudarán a comprenderlos mejor. Y recuerda: vive la música como la expresión emotiva que en realidad es, más allá de la teoría.
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